Las plantas son productores primarios del material que consumen los organismos heterótrofos y aunque es un proceso completamente natural, la actividad de estos insectos, hongos, bacterias, virus y hasta otras plantas parásitas ocasiona un deterioro progresivo de todo el individuo que repercute considerablemente sobre su salud.

Sin embargo, dada la extensa y compleja red alimenticia del ecosistema, aquellas especies consumidoras de tejidos vegetales también tienen enemigos naturales, los cuales se convierten en un recurso eficiente y ambientalmente amigable para diseñar estrategias de control biológico.

Tipos de control

  • Control químico: La aplicación de sustancias de síntesis química para atacar las plagas. Pueden llegar a ser muy tóxicos.
  • Control agroecológico: Alternativas amigables con el medio ambiente, de origen natural para el control de plagas. No son tan tóxicas.
  • Conservación: La conservación de los enemigos naturales es la práctica más importante y fácil para cultivadores. Están adaptados al medio ambiente local y a la plaga objetivo y su conservación es simple y rentable.
  • Aumento: Implica la liberación suplementaria de enemigos naturales. Se puede generar una liberación inoculativa o inundable. Además, el sistema de cultivo puede ser modificado para favorecer o aumentar los enemigos naturales.