Las plantas son productores primarios del material que consumen los organismos heterótrofos y aunque es un proceso completamente natural, la actividad de estos insectos, hongos, bacterias, virus y hasta otras plantas parásitas ocasiona un deterioro progresivo de todo el individuo que repercute considerablemente sobre su salud.
Sin embargo, dada la extensa y compleja red alimenticia del ecosistema, aquellas especies consumidoras de tejidos vegetales también tienen enemigos naturales, los cuales se convierten en un recurso eficiente y ambientalmente amigable para diseñar estrategias de control biológico.